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Nota publicada en la Revista "REDES de la industria
pesquera Argentina", Año 16 - Nº 127 - República
Argentina - 11/02. Páginas de 78 a 86
Las empresas
Familiares tuvieron un papel destacado en los comienzos
de la actividad pesquera en el país. Actualmente son
muchas las que subsisten de la mano de la segunda o
tercera generación. Pero para ello debieron enfrentar
desafíos tales como la sucesión de padres a hijos y la
profesionalización de sus directivos, que no siempre
resultan sencillos de superar. A continuación, los
propios protagonistas cuentan su historia aportan
opiniones y consejos para un mejor entendimiento dentro
de la estructura empresaria-familiar.
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"Padre fundador, hijo gastador y nieto mendigo." "Sólo un
gallo canta en el gallinero,"
En apenas dos dichos, el folklore popular resume
algunas de
las problemáticas especificas que, tarde o temprano,
enfrenta una empresa familiar si pretende sobrevivir a su
creador. Cómo asegurar una sucesión ordenada que no atente
contra el futuro de la empresa, cómo aprender a delegar
responsabilidades, cómo conciliar criterios cuando ya no hay
una sola voz de mando, son sólo algunas de tas múltiples
incógnitas que se le plantean al fundador y que, muchas
veces, requieren el asesoramiento de especialistas para
encontrar la respuesta adecuada. Este tipo de organización
empresaria, con su dinámica particular, tuvo un rol
relevante
en los comienzos de la actividad pesquera en el país. Y aún
hoy, en las diversas manifestaciones de la actividad, son
varias las firmas que ya cuentan a la segunda, y hasta
tercera generación entre sus filas. REDES quiso conocer las
experiencias de algunas de ellas contada por sus propios
protagonistas: padres e hijos. Dos especialistas en
organización empresarial aportan observaciones y consejos
útiles para un mejor desarrollo de la estructura
empresaria-familiar.
Pensar en la sucesión
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"La organización 'empresa familiar parece
ser la forma de organización empresaria más eficiente y
adecuada para actividades donde se requiera bastante
mano de obra y alta flexibilidad, y para economías en
etapa de crecimiento", plantea como introducción al tema
el Dr. Alejandro González Escudero, licenciado en
administración de empresas.
"Generalmente, la empresa familiar surge
a partir de un emprendimiento, personal, de una idea que
da el carácter fundacional a esa empresa. En principio,
la empresa está siempre al alcance de la vista de quien
conduce el negocio y de quien colabora: lo que uno
extrae del mar, lo que uno produce, etc. -define el Dr.
Luis María
Gabancho, consultor en management y cambio
organizacional-. Esto es muy provechoso y es lo que le
da a la empresa, en esa primera etapa, la característica
personal del fundador." |
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La familia
Oksengendler a pleno: Raquel y Alberto, fundadores de
Mardi S.A., encontraron un
apoyo fundamental en sus hijos Diego y Marcela para que
la empresa se consolide y encare nuevos desafíos. |
Una empresa
concebida de esa manera presenta rasgos que le otorgan una mayor
fortaleza frente a otro tipo de organización: gran compromiso
con la calidad del producto, conocimiento profundo del negocio,
facilidad para tomar decisiones, gran capacidad de adaptación de
sus directivos a nuevas situaciones. En esta primera etapa, es
el fundador el que define los objetivos y la misión de la
empresa.
Hasta allí,
ningún inconveniente. Los mayores desafíos a superar aparecen,
entonces, en el ámbito interno cuando la empresa se desarrolla y
se incorpora la segunda generación. Es el momento que muchos
fundadores soñaron, "la sucesión" del negocio a manos de los
hijos. Pero el traspaso de mando también genera muchos desvelos.
"Puede suceder que la segunda generación de un fundador no esté
integrada por personas que tengan vocación empresaria ni
condiciones para llevar adelante la organización. Las
estadísticas demuestran que muchas empresas caen en ese momento,
en el paso de una generación a otra", destaca González Escudero.
Falta de
interés en la actividad empresaria por parte de los sucesores o
carencia de idoneidad para la función asignada, el deseo de
ocupar posiciones de relevancia sin haber hecho el aprendizaje
necesario, son algunos de los principales obstáculos que puede
encontrar el fundador. "A veces los herederos no encuentran
fácilmente dónde ubicarse, y a veces tampoco sus predecesores
encuentran donde ubicarlos -ilustra González Escudero-. Esto
genera muchos problemas: cómo se inserta la nueva generación,
cómo se vincula con los empleados, cómo los empleados perciben
su llegada."
Son las
generaciones anteriores entonces las que pueden informando a los
sucesores y observar si tienen las condiciones adecuadas para
desempeñarse en la empresa familiar. "Esto no es sencillo,
porque muchas veces uno desea que su hijo sea perfecto y esté
dispuesto a cumplir nuestros deseos", continúa el consultor. Por
eso, transformar la amenaza en oportunidad dependerá de la
objetividad de esa primera generación para preparar la sucesión.
Esto implica también, aprender a manejar la velada competencia
que puede darse entre ambas generaciones durante el periodo de
convivencia en la estructura empresaria.
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El espacio propio
Mardi S.A. es una empresa familiar por excelencia. Dedicada a la
elaboración, comercialización, importación y exportación de
productas pesqueros de todo tipo, fue fundada por Alberto y
Raquel Oksengendleren 1980. Con gran presencia en el mercado
interno, Mardi abastece de pescado fresco y congelado a las
principales cadenas de supermercados, restaurantes y empresas de
catering del país.
Desde el nombre mismo de la firma, Marcela y Diego
("Mar-Di"), los dos hijos del matrimonio Oksengendler,
estuvieron involucrados en la empresa familiar."Cuando uno
encara la torea de llevar adelante una empresa, creo que el
objetivo final es que trascienda. Alguna vez soñé con ver a
nuestros nietos continuando el negocio...", reconoce Alberto
Oksengendler.
A los 34 años, Diego llevo lo mitad de su vida en
la empresa familiar. Paulatinamente asumió más
responsabilidades, y hoy está a
cargo del área de exportación e
importación y de la concesión de los |
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Federico
Contessi junta a su hija Dominga y dos de sus mayores orgullos:
su nieto y y la lancha de madera que construyó en conmemoración
de las primeras embarcaciones pesqueras que hubo en Mar del
Plata.
Saverio y Antonio Di Leva, responsables de
El Marisco, Integran la tercera generación de una familia
dedicada a la actividad pesquera. Siguiendo la tradición, Rosa
Ana y Francisco también se han incorporado a la estructura
empresariafamiliar. |
más de 20 locales de pescadería ubicados en supermercados.
"Cada tanto uno se
plantea la posibilidad de dedicarse a otra
actividad, pero cuando uno pone en la balanza las ventajas y las
desventajas de trabajar en una empresa familiar, son más los
beneficios -opina Diego-. Al fin y al cabo, es nuestra propia
empresa." Su hermana Marcela, a pesar de ser psicopedagoga, se
dedicó al área de ventas. Tras desempeñarse en otras empresas,
recién hace un año y medio se incorporó a la compañía. Al manejo
de cuentos agregó el área de marketing y comunicación y el
desarrollo de productos de marca. En tonto, mamá Raquel lleva
adelante el área financiera y Alberto está "en todos lados".
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Gracias
a la colaboración de sus hijas Felisa, Evelia y Domingo en
la administración del astillero, Contessi hoy puede
dedicarse a su pasión, la construcción naval. |
"Hemos creado áreas especificas de trabajo paro no
superponemos, yo trato de delegar, pero
de todos modos, estoy
en todos lodos -explica Alberto-. Es muy fácil destruir lo
que uno ha construido con mucho esfuerzo, por eso con mi
señora muchas veces nos planteamos que debemos tratar de que
nuestros hijos se queden en la empresa, y que luego
incorporen a sus hijos, para que el negocio continúe...".
¿Cómo hacer frente o un deseo paterno tan fuerte? Es Marcela
la que responde: "Creo que todos debemos encontrar un ámbito
donde desarrollarnos en lo personal, donde crecer, donde
plantearnos objetivos y poder cumplirlos. |
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Si es dentro de la organización familiar –como ocurrió en
nuestro caso-, mejor.
"Otro
protagonista "histórico" del sector pesquero nacional –y que
también confieso estar en "todos lodos"- es Antonio Di Leva,
presidente de El Marisco S.A. Cuando fue fundada como tal en
1967 en Mar del Plata,
la empresa ya contaba con la
experiencia de dos generaciones de Di Leva dedicadas a la
actividad pesquera, desde la captura artesanal hasta la
comercialización.
Con la llegada de la tercera camada, formada por Antonio,
Luis, Miguel y Saverío, El Marisco inició en 1973 su tase
industrial al incorporar un frigorífico y sus primeros dos
buques fresqueros. Actualmente,
tiene seis buques en
operación y dos plantas procesadoras, estructura que le
permite cubrir prácticamente todas las fases del proceso:
captura, procesado y comercialización tanto en el mercado
interno como externo."Trabajé con mi padre desde chico
-recuerda Antonio Di Leva-, hice algo colateralmente en
forma transitoria, pero definitivamente me gustó esto y lo
hago de toda la vida, es de cuna.
Fue una decisión de los cuatro hermanos volcarnos a la
pesca, y la división de roles se dio naturalmente." Todavía
hoy, a los 82 años, Di Leva padre frecuenta la planta y se
mantiene al tanto de los avatares del negocio. Saverio y
Antonio se mantuvieron en El Marisco, mientras que sus
hermanos crearon otra empresa, abocada a la actividad
comercial pesquera en la Capital Federal.
La cuarta generación está integrada por Rosa Ana, contadora,
que se desempeña en el área administrativa, y Francisco,
licenciado en comercio exterior, a cargo del área de ventas.
“Aunque mi prioridad eran los estudios universitarios, me
incorporé activamente a la empresa a los 18 años -explica
Francisco-. Ese mismo año comencé el desarrollo del área
comercial estimulado por mi padre. Siempre me gustó ese
tema, por eso estudié Comercio Internacional,
fundamentalmente porque quería aportar los conocimientos a
la empresa. También es evidente que, siguiendo la tradición
familiar, desde chico tanta inclinación por incorporarme al
negocio. Tanto mi hermana como yo -subraya-
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Las claves de una empresa familiar
*En una estructura familiar resulta más fácil plantear
horizontes a largo plazo. Un directivo que no es de la
familia tiene un interés en el mediano y largo plazo
personal, de desarrollar su carrera, pero puede mudar de
empresa. Si la empresa familiar es sólida, puede
establecerse esa mirada de mediano y largo plazo que toda
organización necesita para desarrollarse y crecer.
*La lealtad de los integrantes de la familia hacia la
organización y la comunidad de objetivos le da una fortaleza
que la distingue frente a otro tipo de empresa.
* Si la disputa a el conflicto político familiar se
entromete en el gerenciamiento de la operatoria cotidiana de
la empresa, genera
"ruido" y problemas en la torna de
decisiones diaria. Los niveles familiares de decisión deben
estar fuera de la gestión. Una posibilidad, en empresas
familiares con cierto grado de desarrollo, es hacer un
holding, es decir, una empresa "madre" cuyo directorio está
integrado por
la familia, desde donde emanan las directivas
consensuadas hacia las empresas propiedad de la familia.
* Los fundadores deben tener siempre una preocupación por
profesionalizar la empresa lo máximo posible. El management
y el nivel gerencial deben estar cubiertos por personal
idóneo, sea de la familia o no, ya que ocupar posiciones
sólo por el hecho de ser familiar limita los resultados y no
resulta estimulante para el resto de los participantes de la
organización.
* Un factor importante es el respeto a los roles.
Lógicamente, el o los dueños de la empresa familiar se
reservan las decisiones políticas, pero resulta beneficioso
que transmitan a sus empleados que ellos pueden llegar hasta
el máximo nivel de ejecución, con la gran responsabilidad
que eso implica. Esto resulta aceptable para un ejecutivo de
carrera porque, en definitiva, en una empresa no familiar,
los accionistas también asumen las decisiones políticas más
importantes.
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Otros ejemplos
"No es novedad que uno quiere lo mejor para sus hijos, pero
eso no necesariamente está asociado con incorporarlos a la
empresa", comenta Alfredo Pott, titular del grupo Pesel, con
quien trabajan a jornada completa sus hijos Guillermo y
Mariano, y colabora part-time su hija Catalina. "Esa
tentación es frecuente porque uno asocia la continuidad de
la empresa con la presencia de los hijos en ella –explica el
empresario-, pero la incorporación tiene que ser fruto de su
propia decisión”. Que así fue en el caso de los hermanas
Pott, "y nada es comparable a la confianza y energía extra
que transmiten los hijos -apunta el entrevistado-,
doblemente valiosa si considerarnos las circunstancias que
está atravesando nuestro país y que naturalmente impactan en
la situación de las empresas.
Podría decirse que lo mismo
ocurre en el caso de Poseidón
SA, empresa pesquera que nace en 1984 en Puerto Madryn
de la mano de Evangelo Bounos. Abocada principalmente
al procesamiento de pescados y mariscos -para lo que cuenta
con una planta industrial de 3.368 m2 cubiertos-, alcanzó
proyección nacional. A partir de 1995, recién egresada del
colegio secundario, se incorpora Teodoro, único hijo
varón de los Bounos, quien comienza su carrera en la
actividad "desde abajo” conociendo los secretos
delpescado,
los mariscos y bivalvos en la propia planta
productora. "Tres años después, contando ya con mayor
experiencia y capacitación, se hace cargo de la programación
de la planta, inyectando sangre nueva y sobre todo, el
ímpetu de la juventud
-dice con orgullo Evangelo Bounos-. Esto, sumado
a su
capacidad de asimilación, hacen que en poco tiempo el
Directorio de Poseidón SA. lo designe gerente general, y es
allí donde realmente demuestra su capacidad impulsando la
producción y la comercialización."Es el momento entonces en
el que Poseidón canaliza sus ventas a través de cadenas de
supermercados y shoppings, a la par que aumenta el volumen
de productos exportadas.
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Sorprendidos en plena tarea a bordo de uno de los
poteros de Pesquera Cruz del Sur, Mario Redini y su
hijo Juan forman un sólido equipo de trabajo. |
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Evangelo Bounos, fundador de Posesión en Puerto
Madryn, delegó en su hijo Teodoro la gerencia general
de la empresa. |
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Alfredo Pott, titular del grupo Pesel, encontró en sus
hijos Mariano, Gonzalo (Foto Abajo) y Catalina, "la
confianza y energía extra" necesaria para afrontar los
altibajos de la actividad empresaria. |
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"Pese a lo que podría suponerse -apunta a su lada Teodoro-,
mi padre comprendió la mentalidad de cambio, y a pesar de
sus casi cuarenta años en la pesca fue delegándome poco a
poco mayores responsabilidades, asumiendo él el rol de
consultor para asesorarnos tanto al Directorio como a mí en
las decisiones de la empresa."
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siempre tuvimos libertad de elección, incluso cuando pensé
en emigrar del país."
En este punto, la opinión de Antonio Di Leva es clara: "Las
sociedades de familia funcionan en la medida en que nadie se
sienta obligado a participar. Quien se incorpore a la
empresa debe hacerlo por propia convicción: si prueba,
le gusta y encuentra su nicho de desarrollo dentro de ella,
y tiene algo para aportar, seguramente no habrá problemas".
Aunque Antonio "está un poco en cada lado", ha delegado por
completo el manejo de las ventas en manos de su hijo. Claro
que, en la coyuntura del país, eso no implica gozar de mayor
tranquilidad y tiempo libre, ya que está concentrado en lo
nada envidiable tarea de conocer en profundidad y comprender
las reglamentaciones pesqueras y sus constantes
modificaciones, interés que canaliza además integrando la
Comisión Directivo de la Cámara de Industria Pesquero de
Argentina
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De Italia a Mar del Plata
Otra es la historia de Federico Contessi. Con
16 años,
llegó a Mar del Plata para trabajar con su padre
como pescador. Pero la pasión por el oficio aprendido en
su Italia natal pudo más y dos años más tarde, en 1948,
fundó el astillero La Juventud, que en 1965 asumiría su
nombre definitivo, Astillero Naval Federico Contessi
y Cía S.R.L.. Después de ejercer múltiples roles
dentro de la empresa, hoy, a los 71 años, Contessi elige
seguir en los talleres. Claro, la administración está en
buenas manos. Prácticamente desde la
adolescencia, sus
cuatro hijos trabajan en la empresa. Evelina
y Felisa están a cargo de las tareas contables,
mientras Domingo maneja el área institucional y
oficia de nexo con las otras empresas del grupo (las
pesqueras
Leal, Franca
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Joaquín Penissi junto a su mujer
Yolanda, su "ayudanta de lujo" en los primemos años de
Natusur, y Alejandro, uno de los tres hijos varones que
hoy comandan la empresa conservera. |
Frente a la crisis
En situaciones de extrema inestabilidad socioeconómica,
muchas empresarios optan por incorporar a sus hijos a la
gestión, como una manera de flexibilizar sus costos y
contar con personal que, supuestamente, tiene un mayor
compromiso con la organización.
¿Pero es siempre así? "En épocas de crisis como la que
atraviesa hoy nuestro país, el saber que todos reman
para el mismo lado debería ser una ayuda en una empresa
familiar. Pero en estas situaciones se requiere unidad
de mando, aunque suene fuerte decirlo...
-dice el Dr. González Escudero (foto)-. Si en una
empresa familiar está claro quién ejerce el liderazgo,
será más sencillo afrontar los desafíos de la crisis.
Pero si no-se complica-se agrega una dificultad. Que
haya disputas en un momento de crisis es peor aún.
No hay tiempo necesario para discutir, uno torna las
decisiones y los demás acompañan. El vértigo exige
velocidad."
Por otra parte, como señala el Dr. Gabancho,
"nuevamente estamos frente al tema de la
profesionalización: que la empresa sobreviva o
desaparezca depende en buena medida del grado de
profesionalización que exista en ella. Y no siempre los
familiares son las personas idóneas para ocupar un lugar
en la empresa". |
Veraz y la planta de procesamiento Centauro).
Alejandra, aunque ahora alejada del astillero, está
siempre dispuesta a colaborar. "Papá no sólo contra
plenamente en nosotros, sino que lo único que lo
mantiene feliz y contento después de tantos sinsabores
que atravesamos es seguir trabajando en la construcción
de barcos", dice Domingo.
En una actividad como la del astillero Contessi, lo
continuidad tras el retiro de su fundador no es tan
sencilla, y Federico lo sabe."Antes, además de trabajar
en la planta, me ocupaba de los clientes, de los
contratos, etc. Si mis hijos, que me reemplazaron en la
administración, se dedican también al trabajo de planta,
hubiera sido mejor no haber tenido hijos por el castigo
que eso representa para ellos –sostiene Contessi-. Los
esclavicé al incorporarlos a lo empresa, no quiero que
hagan lo que yo hice."
A su lado, Domingo retlexiona: "Trabajar en la
empresa fue un camino natural, no sé si una elección.
Posiblemente tengamos otras vocaciones o habilidades
ocultos, pero el amor que tenemos por esto es más grande
que cualquier vocación frustrada que podamos tener".
Previendo la ausencia de sucesores directos en la
actividad especifica del diseño y la construcción naval,
Federico Contessi ha incorporado jóvenes egresados de la
escuela técnica para formarlos en el oficio. "La mitad
del personal del astillero tiene 25 años de experiencia,
mientras que lo otra mitad son jóvenes, ése es el
recambio natural", explica el hijo de Contessi. En la
empresa marplatense Natusur ya llegó la hora de
la segunda generación. Joaquín Pennisi llegó a
Mar del Plata en 1948, también desde Italia, para
dedicarse a la pesca en una lancha amarilla. Cuatro años
después pudo crear el saladero, transformado luego en
una planta conservera, hoy una de las más sólidas del
sector. La primera colaboradora de Don Joaquín fue su
mujer, Yolanda, que atendía el saladero mientras
él seguía a bordo de la lancha "El nuevo San Luis", más
tarde renovada como "La nueva Nuncia Conti". Entrados
los '70, Don Joaquín comenzó a contar con asistentes de
lujo: sus tres hijos varones -Daniel, Alejandro y
Roberto- alternaban estudios y trabajo en la
planta." Cuando
éramos
chicos lo tomábamos como un juego,
ayudábamos a etiquetar -recuerda Alejandro-.
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Cuando crecimos, empezamos a reemplazar a papá para que
no trabajara tantas horas. La inserción fue natural, nos
sentíamos como en casa. Poco a poco él se fue desligando
y nosotros asumimos más responsabilidades, encontrando
nuestro propio espacio; no hubo un choque generacional."
Las dos hermanas mujeres tomaron otro rumbo.
Actualmente Daniel, que es contador, dirige el área
financiera, Alejandro se ocupa de la comercialización y
Roberto está a cargo de la producción y el personal. El
sueño de Don Joaquín se cumplió: "Cuando empecé con el
saladero, pensaba en construir algo que perdurara.
Quizás todavía no pensaba en los nietos, pero si que mis
hijos, cuando crecieran, me acompañaran".
Los sucesores... ¿pudieron opinar?. "Siempre supimos
que quería que nos incorporáramos, por eso nunca
tuvo socios, previendo el momento en que nos
hiciéramos cargo, y nos mandó a estudiar pensando en
que así progresaríamos -reflexiona Alejandro-. Mis
hermanas tomaron otro rumbo, y con Daniel y Roberto
a veces nos planteamos si vamos a dedicarnos siempre
a este negocio.
Llegamos a la conclusión que si el esfuerzo que
hicimos hasta ahora nos permitió, en un rubro que
decae, construir una posición sólida, vamos a seguir
adelante."
Un camino
obligado: la profesionalización
Como han demostrado los testimonios, una vez que
la empresa crece, tiene otras demandas y resulta
necesario descentralizar las tareas. Aunque le
resulte difícil, el fundador se ve obligado a
delegar responsabilidades (ver recuadro). "En esta
etapa, aparecen los familiares de la segunda
generación que, en muchos casos, para que la empresa
pueda seguir creciendo, es preferible que sean
profesionales", sostiene el Dr. Gabancho. "La
profesionalización del management parece ser una
condición necesaria para sobrevivir en el mercado de
hoy. Si es familiar, mejor, porque agrega la
lealtad, pero si no, debe buscarse personal externo
idóneo -apunta el Dr. González Escudero-. Ocupar
posiciones sólo por el hecho de ser familiar, no es
aconsejable, limita los resultados, y no resulta
estimulante para el resto
de los participantes de la organización."
Con la incorporación de nuevas generaciones y la
profesionalización de los cuadros directivos,
también llega la disparidad de opiniones a la hora
de tomar decisiones. "Como en lodos los ámbitos
tenemos discusiones por diferencias de criterios
-ilustra Alberto Oksengendler-. En general, yo tengo
actitudes un poco más conservadoras, mientras que
mis hijos son más innovadores, empujan mirando hacia
adelante." A su lado, Marcela acota: "Hay
estrategias que tenían un electo determinado veinte
años atrás, pero hoy el contexto de país es
diferente, y los criterios a utilizarse en la
conducción de empresas, en el manejo de recursos
humanos son otros...".
El Dr. González Escudero aporta su mirada profesional
sobre este aspecto:"Es muy frecuente que los hijos
tengan una instrucción formal superior ala de sus
padres, por lo que se da hasta un choque de visiones
culturales sobre el que hacer empresario. Crea que
en estos casos depende en gran parte de la sabiduría
de las generaciones mayores para conducir esta
competencia, que puede mantenerse en su cauce
natural, pero que si se complica puede acarrear
problemas en la organización".
performance de la empresa, porque puede fracasar
Llegado este segundo ciclo, resulta determinante que
la nueva generación no se 'acostumbre' a la buenarotundamente.
"Debe ser tan inquieta y estar tan
consustanciada
con
lo
que
está
pasando
como |
Aprender a delegar
"Si queremos que la empresa crezca. Necesitamos
descentralizar y delegar", advierte el Dr.
José
Maria Gabancho (foto). "Para delegar, primero hay
que entender el negocio y la realidad. Si queremos
el éxito de nuestra organización, debemos tener una
visión de mediano y largo plazo, lo que implica
confiar en los demás, darles tiempo y oportunidades,
y hasta comprender sus errores, siempre que sean
fruto del hacer y no de la torpeza -sostiene el
especialista en organización empresaria-. A quien
tiene el hábito de concentrar en si mismo todos los
intereses y decisiones de la empresa,le cuesta
delegar esas facultades. Para ello debe encontrar
las personas calificadas, que no siempre son las
personas de mayor confianza, como puede serlo un
familiar. Por supuesto que la confianza es muy
importante en los negocios, pero también lo es la
idoneidad. Entonces deben buscarse personas
idóneas,
que tengan potencial de crecimiento, a las que se
les debe permitir hacer su experiencia, una
experiencia 'vigilada sin estar detrás de cada paso,
para que ese individuo no se
sienta inhibido de actuar." |
para hacer su propio aporte y que la empresa, por lo
menos, se mantenga como está o pueda crecer aún
más", dice el Dr. Gabancho.
Y así vemos a Mardi, con dos generaciones
coexistiendo más un equipo de personal idóneo en
manejo de planta y en temas administrativos,
buscando nuevos mercados en el exterior a la par que
desarrolla nuevos productos, como la línea Porto
Belo. Los sucesores de Contessi, tanto hijos como
familia política, y de su socio Nicola Palestini,
están abocados a la continuidad del astillero, las
pesqueras y el frigorífico, como un negocio
integral. En El Marisco, la cuarta generación llega
para aportar sus conocimientos en la búsqueda de
nuevos destinos de exportación. Los hermanos
Pennisi, con Natusur, sumaron nuevas marcas de
conservas y están diversificando su producción hacia
los congelados. En el caso de Poseidón, la
incorporación de Teodoro Bounos a la estructura
fundada por su padre estimuló la proyección
internacional de la empresa y su incursión en el
sector de explotación. En fin, nuevas energías e
inquietudes que, sabiamente encaminadas por una mano
experimentada, dan a las empresas familiares la
fortaleza necesaria para sobrevivir en un mercado
cada día más competitivo. |
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